- Windows 12 podría dividir sus requisitos en dos niveles: uno básico para uso tradicional y otro avanzado para funciones de inteligencia artificial (IA).
- Se espera que la RAM mínima aumente a 8 GB y que las CPUs compatibles sean más recientes que las exigidas para Windows 11.
- Para aprovechar todo el potencial de la IA local en Windows 12, sería necesario un hardware moderno con NPU potente y mayor capacidad de almacenamiento.
- La arquitectura modular CorePC permitiría a Microsoft adaptar Windows 12 a diferentes equipos y necesidades, equilibrando rendimiento y funcionalidades.
El posible salto a Windows 12 está generando muchas preguntas sobre qué ordenadores podrán actualizarse y qué cambios habrá respecto a Windows 11 en cuanto a compatibilidad y hardware necesario. Aunque Microsoft todavía no ha publicado oficialmente los requisitos definitivos para su próximo sistema operativo, las últimas actualizaciones y tendencias nos permiten hacer una aproximación bastante fiable sobre qué esperar.
Microsoft, tras los cambios introducidos con Windows 11, parece dispuesta a seguir una línea dividiendo los requisitos en dos niveles: uno mínimo para una experiencia estándar y otro superior pensado principalmente para ordenadores capaces de trabajar con las nuevas funciones de inteligencia artificial en local. Esta estrategia no solo facilita que la actualización esté al alcance de más equipos, sino que también prepara el terreno para quienes quieran exprimir al máximo las nuevas herramientas de IA que la compañía planea integrar cada vez más.
Requisitos mínimos previstos para instalar Windows 12 (sin IA local)
Siguiendo la progresión lógica desde Windows 11, todo apunta a que la barrera de entrada subirá ligeramente, afectando especialmente a la memoria RAM y a los procesadores compatibles. Los usuarios con equipos recientes no deberían tener problemas para adaptarse, pero algunos ordenadores que apenas cumplían con los requisitos de Windows 11 podrían quedarse fuera.
- Procesador: CPU de 64 bits, mínimo doble núcleo y frecuencia de 2 GHz. Se limitará la compatibilidad a una lista de modelos concretos, como ya ocurrió en la anterior versión.
- Memoria RAM: 8 GB como cantidad mínima.
- Almacenamiento: 64 GB de espacio libre en disco.
- Seguridad: Chip TPM 2.0 o sus equivalentes (Intel PTT o AMD fTPM).
- Gráfica: GPU compatible con DirectX 12.
Este aumento en las exigencias, especialmente el salto a los 8 GB de RAM y la posible actualización de la lista de procesadores admitidos, podría suponer que equipos relativamente recientes pero de gamas más bajas tengan complicado acceder al próximo sistema operativo de Microsoft si buscan un funcionamiento fluido o garantías de soporte a largo plazo.
Requisitos recomendados para sacarle partido a la IA local en Windows 12
Uno de los puntos más destacados sería el avance en la integración de funciones de IA, como Copilot+ o el nuevo sistema de recuerdos y búsquedas inteligentes. Para aprovechar estas características avanzadas, los ordenadores deberán contar con un hardware mucho más potente:
- Procesador: CPU de 64 bits equipada con una NPU (Unidad de Procesamiento Neural) capaz de ofrecer más de 40 TOPs de potencia.
- Memoria RAM: Al menos 16 GB (preferiblemente DDR5 o LPDDR5), aunque no se descarta que los equipos más ambiciosos necesiten 24 o incluso 32 GB para el rendimiento óptimo.
- Almacenamiento: SSD o UFS de, al menos, 512 GB de capacidad.
- Seguridad: Requisito de TPM 2.0 o equivalente, igual que en el nivel anterior.
- Gráfica: GPU compatible con DirectX 12 (aunque se espera que en el futuro se amplíe soporte para funciones de IA a GPUs dedicadas más allá de la NPU).
El salto en requisitos para la IA local es notable, lo que puede dejar fuera a muchos PCs de consumo general. Microsoft apunta a que quienes no cumplan con estos requisitos específicos seguirán pudiendo usar Windows 12 de forma tradicional, pero probablemente sin las funciones más avanzadas de IA.
Ventajas de la modularidad: el papel de CorePC en Windows 12
El desarrollo de CorePC, la arquitectura modular sobre la que se basa Windows 12, permitirá a Microsoft adaptar el sistema operativo a diferentes tipos de dispositivos y usuarios. Gracias a su estructura con capas o módulos, será posible añadir o eliminar funciones según la potencia del equipo o las necesidades concretas. Por ejemplo, un portátil de gama media podrá ejecutar el sistema básico, mientras que un ordenador de última generación podrá sumar capacidades avanzadas de IA instalando los módulos correspondientes.
Estas capas adicionales, como la integración profunda con Copilot+ o las funciones de búsqueda inteligente a través de IA, aumentan significativamente el consumo de recursos. Eliminar estos componentes en equipos más modestos podría dar lugar a un Windows 12 más ligero, capaz de ofrecer buen rendimiento incluso en ordenadores que no sean punta de lanza.
Es importante considerar que, si tu equipo no cumple con los requisitos mínimos, probablemente no será posible instalar oficialmente Windows 12. Aunque existen métodos no oficiales para sortear estas limitaciones, hacerlo puede provocar problemas de rendimiento o la pérdida de soporte y actualizaciones de seguridad. Se recomienda evaluar cuidadosamente las opciones antes de intentar esas soluciones, especialmente si el equipo se usa para tareas críticas.
La tendencia apunta a que la IA será protagonista en Windows 12 y quienes inviertan en hardware más actual podrán aprovechar mejor todas sus funcionalidades. Los usuarios que prioricen la compatibilidad y la ligereza tendrán un sistema más tradicional y menos exigente con sus recursos.