- Las redes sociales y plataformas digitales superan a la televisión en consumo de noticias en EEUU y Argentina.
- Crece la influencia de las personalidades e influencers y se incrementa la preocupación por la desinformación.
- Los medios digitales apuestan por la innovación en formatos, credibilidad y modelos de negocio abiertos.
- La formación en comunicación exige adaptación a las herramientas y plataformas digitales actuales.
La información se vive cada vez más en el entorno digital, desplazando de forma acelerada a los canales tradicionales, especialmente en la forma en que las personas acceden y comparten noticias. Esta tendencia global se refleja en países como Estados Unidos, Argentina, Colombia o España, donde los medios digitales y las redes sociales se han convertido en referentes principales para informarse, generando también interrogantes sobre credibilidad, modelos de negocio y los retos de la formación en comunicación.
La evolución de los medios digitales va de la mano de la tecnología, los hábitos de consumo de las nuevas generaciones y una rápida adaptación al entorno multiplataforma, que obliga a los medios y a los profesionales del sector a replantear estrategias, herramientas y propuestas editoriales.
Redes sociales y medios digitales: líderes indiscutibles en el acceso a la información
De acuerdo a los informes anuales del Reuters Institute, el consumo de noticias a través de redes sociales y plataformas digitales ha superado a la televisión en países como Estados Unidos y Argentina. TikTok, Facebook, X (antes Twitter) y YouTube destacan como fuentes informativas principales para las nuevas generaciones, relegando a la televisión y a los portales de noticias tradicionales a un segundo plano. En Estados Unidos, más de la mitad de la población consume información principalmente a través de estas plataformas.
En Argentina, mientras que medios como Infobae y TN lideran entre los sitios digitales más consultados, la audiencia de la televisión ha seguido una tendencia descendente, y el auge de nuevos formatos en línea, como los canales de vídeo en directo (ejemplo de Luzu TV y Olga), ha marcado un cambio notable en la forma de buscar información y entretenimiento.
El crecimiento de los influencers y personalidades digitales ha añadido una capa más de complejidad. Personalidades muy conocidas, como Joe Rogan en EEUU, han cosechado una visibilidad comparable a la de las grandes cadenas de noticias, y cada vez más creadores de contenido y figuras de internet son considerados fuentes relevantes para el público, especialmente entre la población más joven.
En Colombia, los medios digitales mantienen su liderazgo: ELTIEMPO.com continúa siendo el sitio más visitado y Blu Radio lidera en el ámbito digital del audio, con decenas de millones de visualizaciones e interacciones a través de múltiples plataformas. El caso de Caracol Televisión ilustra cómo las estrategias multiplataforma y la adaptación rápida a los formatos audiovisuales, aplicaciones móviles y canales en streaming marcan la diferencia para conectar con la audiencia.
El reto de la desinformación y la confianza en los medios digitales
La facilidad de acceso a noticias en entornos digitales viene acompañada de una preocupación creciente: la desinformación. Tanto los informes internacionales como los análisis de audiencias en Latinoamérica y Europa destacan cómo los influencers digitales y los políticos son vistos como fuentes relevantes de información, pero también como focos de contenido engañoso o poco fiable. Un porcentaje significativo de usuarios vincula a estos actores con la difusión de noticias falsas, hasta el punto de igualarles en responsabilidad con los propios dirigentes políticos.
En Colombia, la inquietud respecto a las noticias falsas afecta a seis de cada diez personas, con apenas un 32% de confianza general en las noticias, el nivel más bajo detectado en el país. La tendencia se repite en Argentina, donde menos de un tercio de la población confía totalmente en los medios, y menos del 40% confía en los sitios específicos que consulta. La polarización política, tanto en medios tradicionales como digitales, ha sido señalada como una de las causas de este escepticismo.
El uso de tecnologías como la inteligencia artificial para la generación y distribución de contenidos informativos despierta por un lado una rápida adopción –sobre todo entre los jóvenes– y, por otro, reticencias relacionadas con la transparencia y la precisión. Sin embargo, los medios de referencia siguen gozando de la mayor confianza, siempre que haya supervisión profesional.
Transformación de modelos de negocio y estrategias editoriales
El auge de los medios digitales ha demandado nuevas estrategias para fidelizar audiencia y monetizar el contenido. Algunas cabeceras, como The Objective en España, han optado por modelos totalmente abiertos y gratuitos, apostando por la pluralidad ideológica y la calidad periodística como elementos diferenciadores. Su éxito demuestra que es posible liderar el tráfico digital sin recurrir a muros de pago, siempre que el rigor y la independencia sean seña de identidad.
Por el contrario, en países como Argentina, aunque la suscripción crece, solo una minoría paga por acceder a noticias en línea (11% según los datos más recientes). Aun así, la migración de la inversión publicitaria hacia lo digital es un hecho: mientras que los ingresos en prensa, radio y televisión caen a doble dígito, los formatos de vídeo, pódcast y contenido interactivo en redes sociales sostienen el ecosistema informativo.
Plataformas como ELTIEMPO.com, Caracol y Blu Radio en Colombia, o Infobae en Argentina, han implementado estrategias multiplataforma para adaptarse a las exigencias del usuario digital: acceso ágil desde móviles y apps, presencia activa en redes y aprovechamiento de todos los formatos para ampliar su alcance.
La revolución en la formación y práctica del periodismo digital
El impacto de los medios digitales no solo afecta a las empresas y la audiencia, también a la formación académica y profesional en comunicación. Centros universitarios y escuelas de periodismo en todo el mundo han detectado que los programas tradicionales requieren una actualización profunda: el dominio de plataformas digitales, la analítica, la gestión de comunidades y la producción de contenidos multimedia son ya exigencias básicas para los nuevos profesionales.
El desafío radica en ofrecer programas más prácticos, donde el aprendizaje directo en medios digitales y el contacto con expertos del sector se integren en la formación. Las alianzas entre universidades y medios, así como la reducción de materias teóricas y la incorporación de experiencias reales, se perfilan como estrategias para que los egresados estén preparados para un entorno donde la inmediatez, la credibilidad y la innovación son claves.
Los cambios en el panorama mediático hacen evidente que las plataformas como TikTok y YouTube ganan terreno, los modelos de negocio evolucionan y la lucha contra la desinformación requiere un esfuerzo conjunto de profesionales, educadores y tecnología. La apuesta por la calidad, la diversidad de voces y la adaptación constante siguen siendo los pilares que permiten a los medios digitales mantenerse como referentes en la era de la información instantánea.