El tiempo ha sido siempre una de las grandes incógnitas para la humanidad. Desde los antiguos relojes de sol hasta los actuales relojes atómicos, medir su transcurso con precisión ha permitido avances fundamentales en la ciencia y la tecnología. Sin embargo, en el terreno de la física cuántica, donde las partículas subatómicas presentan comportamientos difíciles de predecir, las herramientas tradicionales de medición del tiempo no son suficientes.
En este contexto, un grupo de físicos de la Universidad de Uppsala, en Suecia, ha revolucionado nuestra percepción de cómo medir el tiempo. Han desarrollado un innovador método basado en los átomos de Rydberg, partículas con electrones en niveles de energía extremadamente altos. Este enfoque elimina la necesidad de contar con un punto de inicio definido, algo que, hasta ahora, era esencial en cualquier método de cronometraje.