Streaming del CONICET: ciencia en directo desde el abismo

Última actualización: 12/08/2025
Autor: Isaac
  • El streaming del CONICET desde el cañón de Mar del Plata concluyó con una audiencia masiva y amplio interés público.
  • Descubrimientos destacados: pulpo Dumbo, medusas Atolla, ctenóforos, calamares abisales y conductas inéditas de crustáceos.
  • Tecnología clave: ROV SuBastian y el buque Falkor (too), con video en ultra alta definición y muestreos de mínimo impacto.
  • Próximas emisiones: etapa en el talud uruguayo y regreso a cañones de Bahía Blanca y Almirante Brown; los directos se verán en YouTube del Schmidt Ocean Institute.

Transmisión científica en directo del fondo marino

El cierre del streaming del CONICET desde el cañón submarino de Mar del Plata dejó un listón muy alto: durante semanas, miles de personas siguieron en tiempo real las inmersiones del ROV SuBastian, que descendió hasta casi 3.900 metros y compartió cada maniobra con imágenes de altísima nitidez.

Con una comunidad en línea muy activa, el directo ofreció imágenes inéditas de fauna y hábitats, además del intercambio con el equipo científico que respondía preguntas en vivo. La experiencia se consolidó como un hito para la oceanografía del Atlántico Sudoccidental.

¿Dónde se vio y cómo funcionó el directo?

Las emisiones se programaron en ventanas concretas y se siguieron a través del canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute, socio de la expedición. No fue una señal continua, sino transmisiones en franjas que permitieron mostrar las operaciones del ROV y la labor a bordo.

Además de observar especies en su entorno, el público pudo ver procedimientos de muestreo biológico y geológico, la comunicación entre el puente y el laboratorio y la planificación de cada descenso.

La campaña acumuló una audiencia notable, con picos que superaron decenas de miles de espectadores simultáneos y una participación constante en el chat, algo poco habitual en proyectos de ciencia de mar profundo.

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Hallazgos y escenas que marcaron la expedición

Uno de los momentos más celebrados fue el primer registro en aguas argentinas de un pulpo Dumbo (Grimpoteuthis), observado a 3.781 metros, nadando con sus aletas redondeadas en un entorno de baja temperatura y gran presión.

También destacó la presencia de la popular “estrella de mar culona” (Hippasteria, probablemente H. phrygiana), un invertebrado robusto y rojizo con cinco brazos, que se ganó el apodo por su llamativa morfología.

En la columna de agua y cerca del fondo aparecieron medusas del género Atolla, con estructuras gelatinosas semitransparentes y puntos rojizos asociados a órganos bioluminiscentes, registradas a profundidades superiores a los 2.400 metros.

La lista de gelatinosos se amplió con ctenóforos como Bathocyroe fosteri y el lobado Beroe abyssicola, cuyas hileras de cilios mostraron destellos iridiscentes al reflejar la luz del vehículo.

Se observaron comportamientos notables, como la defensa territorial de una langosta patagónica (Thymops birsteini) que protegía a sus crías a 1.883 metros y llegó a increpar al ROV durante una recolección cercana.

El equipo registró además una cubozoa de aguas frías a unos 960 metros, con campana cuadrangular y largos tentáculos, un grupo poco estudiado en zonas profundas.

Entre los hallazgos, destacó la presencia de un pulpo de cristal (Vitreledonella richardi), casi transparente, cuyos órganos internos y ojos tubulares se apreciaban a través del manto, una adaptación eficaz al camuflaje en penumbra.

Otros organismos incluían un pirosoma bioluminiscente a 1.291 metros, un tubo translúcido formado por miles de zooides que se desplazan coordinados y emiten luz al ser perturbados.

Los cefalópodos tuvieron gran protagonismo: desde el calamar “cochinito” (Helicocranchia pfefferi), de cuerpo globular y sifón hacia adelante, hasta especies bioluminiscentes posiblemente afines a Taningia, con aletas triangulares y fotóforos.

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La diversidad continuó con el calamar joya (Histioteuthis), famoso por sus ojos asimétricos, y registros de grandes formas de aguas profundas como Architeuthis y Magnapinna en la franja de 1.300 a 2.500 metros.

Destacó también el singular calamar vampiro (Vampyroteuthis infernalis), adaptado a zonas de oxígeno mínimo, con tentáculos rojizos y capacidad de producir luz mediante órganos especializados.

En el fondo blando, los científicos observaron pepinos de mar (Holothuroidea), incluido el apodado “Batatita” (Benthodytes), de tono púrpura, y un morfotipo pelágico de la familia Pelagothuriidae flotando en la columna de agua.

Entre los peces, se identificaron granaderos o “cola de rata” (Macrouridae) y pequeños peces abisales de cuerpo blando y tonalidad rosada, adaptados a la oscuridad y la presión extrema.

Las imágenes también mostraron una raya de profundidad (Bathyraja), con cuerpo en forma de disco y larga cola, desplazándose sobre el talud.

Los crustáceos de mayor tamaño incluyeron cangrejos de profundidad (Chaceon sp.) y ejemplares cubiertos de percebes, evidenciando epibiosis en ambientes con sustrato escaso.

Se documentaron esponjas de probable familia Polymastiidae, compactas y rosadas, asentadas sobre fondos duros a más de 2.500 metros, junto con cnidarios bentónicos afines a Branchiocerianthus con largos tallos y coronas de tentáculos.

El catálogo se completó con medusas de Atolla y Coronatae entre 1.200 y 2.900 metros, y un calamar esbelto (Ommastrephidae u Onykia ingens) observado a 2.551 metros, todos con rasgos extremos para la vida abisal.

Tecnología, equipo y trayectoria científica

La misión operó desde el buque de investigación Falkor (too) y tuvo como protagonista al ROV SuBastian, capaz de capturar video en ultra alta definición y tomar muestras con impacto mínimo sobre el ecosistema.

El área de trabajo, donde confluyen la corriente de Brasil y la corriente de Malvinas, concentra una biodiversidad singular, ideal para estudiar procesos ecológicos y geológicos de gran escala.

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Esta campaña da continuidad a las Talud Continental I, II y III y a la fase reciente conocida como “Talud Continental IV”, integrando años de trabajo que han ido revelando paisajes hasta ahora vedados.

El consorcio prevé generar modelos 3D de especies emblemáticas, material educativo para escuelas y museos, y publicar datos en repositorios abiertos como CONICET Digital, OBIS y GenBank.

Nuevas aventuras y próximas campañas

Tras la expedición en Mar del Plata, se tiene planificada una aventura en el talud uruguayo bajo el título “Uruguay SUB 200: Viaje a lo Desconocido”, con 37 especialistas y más de 50 puntos de muestreo entre el sur de Brasil y el norte argentino.

El despliegue combinará vehículos operados y autónomos, sonar multihaz y sistemas de muestreo para estudiar corrientes, secuestro de carbono, biodiversidad y sitios de interés arqueológico como el Destructor ROW Uruguay DE1.

Posteriormente, el buque volverá a aguas argentinas para explorar los sistemas de Cañones Bahía Blanca y Almirante Brown, con nuevas inmersiones en sectores poco cartografiados del talud.

Las próximas emisiones se volverán a programar en el canal de YouTube del Schmidt Ocean Institute; se recomienda suscribirse y activar las notificaciones para no perderse los próximos directos o ventanas de buceo.

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Este proyecto combinó rigor científico, tecnología avanzada y una narrativa en vivo que acercó el océano profundo a miles de personas, consolidándose como referencia para futuras exploraciones en el Atlántico Sur y dejando abierta la invitación para seguir descubriendo, con método y sin estridencias, los rincones más desconocidos del mar.