- La cita se celebra en el Centro Científico y Educativo Sirius de Sochi, del 20 al 27 de septiembre.
- Venezuela compite con seis estudiantes del Programa Semilleros Científicos, seleccionados tras la OVA.
- México participa con cuatro jóvenes liderados por un investigador de la UAZ (LUMAT).
- La competición contempla cuatro rondas: observación, práctica, teoría y evaluación.
Con Sochi como escenario principal, el Centro Científico y Educativo Sirius alberga la IV Olimpiada Mundial Abierta de Astronomía, una convocatoria que reúce a estudiantes de distintos países para poner a prueba su destreza y pasón por el cosmos entre el 20 y el 27 de septiembre.
La competición está diseñada en cuatro fases que miden competencias complementarias: observación, práctica, teoría y evaluación. El objetivo es valorar tanto el razonamiento científico como la creatividad de los participantes, en una semana de aprendizaje intenso en astronomía educativa y convivencia internacional.
Sede y calendario
El Centro Sirius se convierte durante estos días en un punto de encuentro para la divulgación y el talento joven. La agenda contempla jornadas académicas y pruebas oficiales a lo largo de la semana, tras un arranque durante el fin de semana en el que se subrayó el papel de la astronomía como motor para mirar más allá del horizonte.
Delegación de Venezuela
Venezuela participa con seis estudiantes del Programa Nacional Semilleros Científicos: César Leal, Fabiola Martínez, Germán Noriega, Fernando Rivas, Samantha Buccé e Ivanna Madriz. Todos fueron seleccionados por situarse entre los mejores resultados de la Primera Olimpiada Venezolana de Astronomía (OVA), dentro del grupo de veinte alumnos con las calificaciones más altas.
Desde el ámbito institucional se subraya que la formación científica y la investigación siguen siendo ejes prioritarios, y que la proyección internacional de esta delegación evidencia el trabajo sostenido en programas de captación y acompañamiento del talento joven.
Equipo de México
México está representado por cuatro jóvenes: Ángel Jesús Escareno, Frida Sherami Díaz, Iker Omar Lavin y Oscar Jhovani Buenavista. La delegación está coordinada por Alejandro González Sánchez, docente investigador de la Unidad Académica de Ciencia y Tecnología de la Luz y la Materia (LUMAT) de la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ).
El equipo mexicano llega con el objetivo de competir al máximo nivel en las distintas pruebas y fortalecer los vínculos académicos con otras delegaciones, en una experiencia que combina rigor, intercambio y vocación de futuro.
Estructura de la competición
La OWAO evalúa el desempeño del alumnado en cuatro rondas complementarias. La observación pone el foco en la identificación y descripción de fenómenos; la parte práctica exige trabajo experimental y manejo instrumental; la teoría exige resolver problemas avanzados, y la evaluación integra los resultados para calificar el rendimiento global.
Este formato persigue medir tanto la precisión como el ingenio del estudiantado, valorando su capacidad de análisis, la aplicación de conceptos y la creatividad para enfrentarse a retos reales de la astronomía.
Mensajes y expectativas
En la apertura, las autoridades educativas rusas destacaron que la astronomía invita a ampliar horizontes y a plantear preguntas audaces, animando a los jóvenes a convertir la curiosidad en descubrimientos. Desde la organización se insiste en que la ciencia es una vía confiable hacia el progreso personal y colectivo.
Las delegaciones participantes confían en dejar una buena impresión en lo académico y en lo humano, y en que esta semana sirva para reforzar vocaciones, compartir metodologías y abrir puertas a colaboraciones futuras.
La cita de Sochi concentra talento internacional, un calendario exigente y dos equipos latinoamericanos con metas claras: Venezuela presenta a seis estudiantes surgidos de procesos nacionales de selección, y México compite con cuatro jóvenes guiados por la UAZ. Con el Centro Sirius como sede y un formato de cuatro rondas, la OWAO pone a prueba conocimiento, práctica y mirada crítica de la próxima generación de científicos.