Prologo
Un prólogo es un elemento de una obra literaria o artística, generalmente el primer elemento en un escrito formal, narrativa o poético. Está escrito por el autor del trabajo como una introducción al tema. Esta sección prepara al lector para lo que leerá y al mismo tiempo ofrece una breve descripción para dar una comprensión básica.
Los prólogos suelen tener un cierto tono, tal como una narrativa épica, introductoria, descriptiva, familiar, lúdica, poética, dialectal, etc. Los prólogos generalmente sirven para:
1. Dar Contexto
Un prólogo ayuda a los lectores a comprender de dónde llega el autor al argumento. El prólogo señala una orientación para el contenido del trabajo. Esto es especialmente importante para temas complejos o trabajos científicos.
2. Establecer El Tema
El prólogo ayuda a mostrar al lector el punto de vista y el enfoque del autor del trabajo. Esto ofrece al lector una idea clara de lo que el trabajo intenta presentar y lo que el autor quiere que el lector obtenga de la lectura.
3. Suministrar Antecedentes
Un prólogo también puede proporcionar al lector un resumen sobre cualquier historia que sea importante para el trabajo. Los autores a menudo usan los prólogos para contextuar a sus lectores, proporcionándoles información sobre el trabajo anterior que les ayudará a entender mejor el tema.
Ejemplos de Prólogos
- El prólogo a Frankenstein de Mary Shelley: El prólogo destaca la obligación compartida entre la escritura y el contacto con la tierra. Esta sensación de conexión con el pasado se extiende a través de la vida moderna.
- El prólogo a La Metamorfosis de Franz Kafka: Kafka usa el prólogo para hacer una declaración sobre cómo ve la vida: la forma en que protegemos a los más cercanos a nosotros y la imposibilidad de escapar de nosotros mismos.
- El prólogo al Principito de Antoine de Saint-Exupéry: El autor reflexiona sobre cómo sería el mundo si todos tomáramos el tiempo para considerar las complejidades de la vida como los niños lo hacen.
Cómo se puede ver, el prólogo es una herramienta importante para que los autores conecten con sus lectores. Ofrecen una pequeña ventana a la obra, permitiendo que los lectores inmediatamente den un salto inicial en el contenido del trabajo.
Prologo: la importancia de un buen inicio de historia.
El Prologo es una de las partes más importantes de una historia. En una novela, es el primer encuentro del lector con los personajes. Esto significa que es fundamental que el prologo sea realmente atractivo y logre captar la atención del lector desde el principio. Los buenos prologos no sólo logran captar la atención, sino que también establecen el tono para la historia.
¿Cómo debe ser un buen prologo?
Para tener un buen prologo hay que tener en cuenta varios elementos. Algunos de ellos son los siguientes:
- Planteamiento del argumento: el prologo debe explicar claramente el argumento de la historia. Esto significa que también debería dejar una cierta intriga para que el lector quiera seguir leyendo la historia.
- Establecer el tono: el prologo debe presentar la atmósfera general de la historia y establecer el tono principal del relato.
- Presentar a los personajes: el prologo es una buena oportunidad para introducir a los principales personajes de la historia y presentar la personalidad de cada uno de ellos.
Ejemplos de buenos prologos
Dependiendo del tipo de historia que uno quiera contar, los buenos prologos pueden ser diferentes. Aquí hay algunos ejemplos de buenos prologos:
- Prologo de suspense: en este tipo de prologo, el lector debe ser puesto directamente dentro de la acción. Esto hará que el lector quiera saber más sobre lo que está pasando.
- Prologo de misterio: el prologo de una historia de misterio debe ser realmente intrigante. Esto se logra presentando una situación misteriosa al lector.
- Prologo de aventura: un buen prologo de aventuras establece el tono alegre y emocionante de la historia. Esto se logra presentando un escenario lleno de diversión.
Conclusión
Un buen prologo es una de las partes más importantes de una novela. Esto es debido a que establece el tono para el resto de la historia y consigue captar la atención del lector desde el principio. Al escribir un buen prologo, hay que tener en mente varios elementos como establecer el argumento, el tono y presentar a los personajes. Ejemplo de buenos prologos son los relacionados con el suspense, el misterio y la aventura.