- Noruega inaugura instalaciones clave para capturar y almacenar CO2 a gran escala en el Mar del Norte.
- El proyecto Longship supone la mayor inversión noruega en tecnologías de captura y transporte de CO2, con amplia participación pública y privada.
- La cementera Heidelberg Materials y la incineradora Hafslund Celsio participan en las primeras fases, capturando cientos de miles de toneladas anuales.
- Northern Lights recibe luz verde para expandirse hasta cinco millones de toneladas de CO2 almacenadas al año, con acuerdos internacionales y potencial para escalar la tecnología.
La captura y almacenamiento de dióxido de carbono (CO2) se ha convertido en una solución relevante para frenar las emisiones industriales difíciles de eliminar por otros medios. Noruega ha dado un paso adelante con la puesta en marcha de varias instalaciones pioneras en el Mar del Norte, marcando un hito en el compromiso europeo contra el cambio climático y situando al país nórdico como referente en este ámbito.
El modelo noruego destaca por su enfoque integral, que abarca desde la captura en origen del CO2 en sectores como la industria cementera y la incineración de residuos, hasta su transporte marítimo y almacenamiento seguro bajo el lecho marino. Estas acciones se enmarcan en una cadena de valor que busca ofrecer soluciones tanto a nivel nacional como internacional, colaborando con empresas y gobiernos de toda Europa.
Longship: Un macroproyecto noruego con ambición europea
El proyecto Longship, respaldado mayoritariamente por fondos públicos noruegos —22.000 millones de coronas sobre un coste total de unos 34.000 millones—, supone la mayor inversión climática en la historia del país. Esta iniciativa arranca capturando el CO2 generado en una cementera gestionada por la empresa Heidelberg Materials en Brevik y posteriormente en una planta de incineración cerca de Oslo. En total, se prevé evitar la liberación anual de más de 400.000 toneladas de CO2 a la atmósfera durante las primeras fases, con la cementera capturando la mitad de sus emisiones totales.
La planta Brevik CCS ha sido inaugurada con la presencia de autoridades como el ministro de Energía noruego, Terje Aasland, y el príncipe heredero Haakon, subrayando la importancia estratégica del proyecto para el futuro energético y medioambiental de Noruega. Según Heidelberg, la captura equivale a evitar las emisiones asociadas a cerca de 150.000 vuelos transatlánticos de ida y vuelta por pasajero.
En una fase posterior, la planta de incineración Hafslund Celsio, en las proximidades de Oslo, prevé capturar unas 350.000 toneladas de CO2 adicionales cada año a partir de 2029, reforzando la capacidad de Noruega para gestionar las emisiones de sectores tradicionalmente difíciles de descarbonizar.
Transporte y almacenamiento subterráneo: Northern Lights y la expansión del modelo
El dióxido de carbono capturado es convertido en líquido y transportado en barco hasta el terminal de Øygarden, en la costa occidental noruega. Desde allí, el CO2 es inyectado en una tubería submarina de 110 kilómetros y almacenado a 2.600 metros bajo el lecho marino, en un acuífero salino diseñado para garantizar su permanencia y seguridad a largo plazo.
Esta infraestructura tiene como pieza central el proyecto Northern Lights, una colaboración entre Equinor, Shell y TotalEnergies, que no solo atiende a clientes noruegos, sino que cuenta con acuerdos comerciales con empresas de Dinamarca, Suecia, Países Bajos y otros países europeos. En su fase inicial, la capacidad de almacenamiento se sitúa en 1,5 millones de toneladas anuales. Sin embargo, tras la reciente aprobación del Ministerio de Energía, Northern Lights ampliará su servicio hasta al menos 5 millones de toneladas anuales, consolidando su posición como referente europeo.
Esta expansión incluye acuerdos destacados, como el firmado con Stockholm Exergi de Suecia para gestionar hasta 900.000 toneladas de CO2 al año procedentes de su planta de bioenergía, así como colaboraciones con Yara (Países Bajos) y Ørsted (Dinamarca), abriendo la puerta a nuevas sinergias y al desarrollo de un mercado europeo de captura y almacenamiento de carbono.
Retos y perspectivas de la tecnología CCS
El desarrollo de tecnologías de Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS) es esencial en la estrategia internacional para limitar el calentamiento global. El Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) destaca estas soluciones especialmente para industrias cuya reducción de emisiones es compleja, como la cementera —responsable de cerca del 7% de las emisiones globales de CO2— o la incineradora. Sin embargo, la CCS sigue presentando desafíos, principalmente asociados a la complejidad técnica y el elevado coste. Actualmente, para muchas empresas es más económico adquirir permisos de emisión en el sistema europeo de comercio de derechos (ETS) que invertir en estas tecnologías, aunque se espera que con la escala y la innovación los costes bajen en los próximos años.
La colaboración entre sectores públicos y privados ha sido clave en el avance de estos proyectos, mostrando cómo la cooperación internacional puede allanar el camino hacia una economía más respetuosa con el clima. En palabras del ministro noruego Terje Aasland, se trata de “un paso decisivo que contribuirá a consolidar la posición de Noruega y de Europa en la lucha contra el cambio climático”.
Con la puesta en marcha y expansión de Longship y Northern Lights, Noruega se posiciona como laboratorio de pruebas para la captura y almacenamiento de CO2, abriendo oportunidades para otras regiones y demostrando que la innovación y la colaboración pueden transformar los modelos industriales hacia una mayor sostenibilidad ecológica y económica.