- Dos estudiantes de la UTN desarrollan Neuroflex, una prótesis robótica transfemoral innovadora y accesible.
- El dispositivo interpreta señales musculares del usuario para simular el movimiento natural de la pierna.
- Su diseño emplea fibra de carbono para reducir costos y peso frente a alternativas internacionales.
- El proyecto ha obtenido reconocimiento en concursos y busca apoyo para perfeccionarse en Israel.
En los últimos tiempos, el ámbito de la prótesis robótica ha experimentado un verdadero impulso gracias a la labor de jóvenes talentos en universidades de todo el mundo. Una muestra de ello es el caso de dos estudiantes de la Universidad Tecnológica Nacional (UTN), quienes, aún sin haber completado su carrera de Ingeniería en Sistemas, han conseguido desarrollar una prótesis transfemoral robótica que promete cambiar el panorama de la rehabilitación motriz en personas amputadas.
Estas nuevas generaciones de dispositivos nacen del compromiso y la creatividad de quienes, más allá de la formación académica, ponen el foco en ofrecer soluciones asequibles y tecnológicamente punteras a problemas cotidianos. Su idea, lejos de quedarse en un prototipo de laboratorio, ha obtenido el respaldo de concursos nacionales e internacionales, situando a Neuroflex –su proyecto– en el punto de mira de potenciales inversores y del ecosistema de la innovación tecnológica.
Neuroflex: una alternativa local y avanzada
El dispositivo, bautizado como Neuroflex, está diseñado para personas con amputación transfemoral, es decir, quienes han perdido parte de la extremidad superior de la pierna. A diferencia de otras alternativas importadas, Neuroflex utiliza fibra de carbono, un material que le brinda resistencia y ligereza a bajo coste. Esta elección de materiales, junto a la sustitución de piezas tradicionales por elementos electrónicos como servomotores y sensores, permite reducir de manera considerable el precio final del producto, que podría llegar a costar menos de una quinta parte respecto a prótesis similares de origen extranjero.
Los creadores han puesto especial énfasis en que la prótesis robótica interprete señales musculares del propio usuario, especialmente las provenientes del cuádriceps y del femoral, con el objetivo de simular el movimiento natural de la pierna. A través de sensores que captan los impulsos eléctricos generados por el sistema nervioso, la prótesis traduce dichas señales en acciones como caminar, subir o bajar escaleras e incluso correr. El motor principal funciona con una batería desmontable que se recarga de forma sencilla, similar a la de un móvil o portátil.
Un diseño pensado para la comodidad y funcionalidad
Para evitar molestias o lesiones durante el uso cotidiano, el diseño de Neuroflex incluye una funda de silicona que protege la piel de la pierna e impide rozaduras. Si bien la cantidad y tipo de sensores pueden adaptarse a las necesidades de cada usuario, el equipo de desarrollo subraya que el coste de estos componentes es relativamente bajo. La ligereza del conjunto –menos de 5 kilos– facilita la movilidad y mejora la experiencia de quienes la utilizan día a día.
La filosofía detrás del proyecto es la de crear una solución personalizada y tecnológicamente flexible. Según sus jóvenes impulsores, el secreto está en tratar cada sección de la prótesis como un sistema independiente: existe una parte encargada del censado, otra del movimiento, así como módulos para la articulación de la rodilla y el tobillo. Este enfoque modular facilita el ajuste y programación del funcionamiento de la prótesis para optimizar su respuesta en diferentes situaciones.
Proceso de desarrollo y proyección internacional
Actualmente, el proyecto Neuroflex se encuentra en fase de prototipo y está preparado para dar el salto a las primeras pruebas a tamaño real en humanos. Hasta el momento, la mayoría de los ensayos se han realizado en entorno de laboratorio, permitiendo perfeccionar la lectura de señales nerviosas y la coordinación entre hardware y software.
El trabajo de los estudiantes no ha pasado desapercibido y ya ha sido reconocido en concursos universitarios, donde la propuesta ha sido valorada no solo por su alto impacto social, sino también por su enfoque en la reducción de costes y su potencial para ser fabricada localmente. El premio obtenido incluye la posibilidad de viajar a Israel, un referente mundial en innovación tecnológica, para presentar el dispositivo ante potenciales inversores y recibir formación avanzada. No obstante, las dificultades logísticas y económicas han llevado a los jóvenes a solicitar colaboración para costear su estancia y traslado.
El respaldo de instituciones educativas y organizaciones como la Fundación ILAN refuerza la viabilidad del proyecto, que aspira a conseguir la financiación necesaria para que Neuroflex pueda llegar a quienes más lo necesitan. La expectativa de alcanzar una comercialización local hacia finales de 2026 impulsa a los creadores, quienes trabajan para reducir costos y ampliar su alcance.
Este caso refleja el enorme potencial del talento joven cuando se combina con la tecnología y el compromiso social. La prótesis robótica creada por estos universitarios argentinos demuestra que la innovación puede ir de la mano de la empatía y la colaboración, abriendo nuevas puertas para la integración y la autonomía de quienes han visto limitada su movilidad.