- Una planta eólica con tecnología innovadora se prepara para comenzar operaciones comerciales en 2027.
- El diseño compacto y modular de los molinos reduce espacio y costes de instalación de forma notoria.
- Importantes inversores como Bill Gates han respaldado el proyecto por su potencial disruptivo.
- El precio por kWh podría reducirse hasta un tercio respecto a sistemas eólicos tradicionales.
En los próximos años, el sector de la energía eólica se prepara para dar un salto significativo gracias a una nueva generación de plantas basadas en turbinas más pequeñas y sistemas modulares. Un proyecto piloto que se está llevando a cabo en Wyoming, Estados Unidos, podría marcar un antes y un después en la producción y el coste de la energía renovable a escala global.
La innovación tecnológica no pasa desapercibida en esta nueva planta de aerogeneradores, que ya está captando la atención de inversores y expertos del sector. Con un enfoque basado en molinos circulares de menor tamaño y diseño ovalado, se busca conseguir el mismo nivel de producción energética que los parques eólicos tradicionales, pero ocupando mucho menos terreno y requiriendo una inversión inicial considerablemente inferior.
Nuevo diseño: molinos pequeños para grandes resultados
Hasta ahora, la tendencia había sido fabricar turbinas cada vez más grandes, con aspas que superan los 100 metros de longitud. Sin embargo, esta planta introduce una dinámica completamente diferente: palas cortas que se mueven por una pista ovalada suspendida sobre postes de unos 25 metros, conectadas entre sí mediante cables resistentes. El resultado es una infraestructura menos intrusiva que puede instalarse y mantenerse con mayor facilidad, utilizando medios de transporte convencionales y prescindiendo de grúas de gran tamaño.
Además de facilitar el transporte y la instalación, el sistema modular permite ajustar la configuración de cada parque según la disponibilidad de espacio o las necesidades de producción energética. Incluso es posible aprovechar la zona bajo la estructura para otros usos, como la colocación de paneles solares o la continuidad de actividades agrícolas, lo que favorece la integración en distintos entornos.
Eficiencia y reducción de costes sin precedentes
La clave de esta nueva planta de energía eólica reside en varios frentes: el coste total de instalación podría mantenerse por debajo del 25% respecto a los parques tradicionales, y las tareas de mantenimiento se reducirían a apenas un 10%. Según las estimaciones compartidas por la compañía responsable del diseño, el precio final del kilovatio-hora podría situarse en torno a 1,3 céntimos de dólar, lo que representa aproximadamente un tercio del valor actual de mercado.
Este avance supone un atractivo innegable para sectores que necesitan un suministro eléctrico competitivo y rápido, como los centros de datos o instalaciones militares, donde la demanda no deja de crecer y existe una presión cada vez mayor para encontrar fuentes de energía fiables y asequibles.
Inversores y respaldo institucional destacan la apuesta
La visión y el potencial impacto de este proyecto han sido reconocidos no solo por firmas de inversión privadas sino también por nombres propios como Bill Gates, que a través de su fondo de innovación energética ha apoyado económicamente el desarrollo de esta tecnología. También cuenta con respaldo institucional de organismos como el Estado de Wyoming y el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
Durante la fase de pruebas piloto, se está evaluando el rendimiento energético, la facilidad de mantenimiento y la viabilidad de implementar esta tecnología tanto en tierra firme como, en un futuro, en plataformas marítimas. El objetivo último es acelerar la implantación de energías renovables en lugares donde hasta ahora las soluciones tradicionales resultaban inviable técnica o económicamente.
Expectativas para 2027 y el futuro de la energía eólica
El prototipo actual ya está operativo en Wyoming, con una potencia instalada de 150 kW y un perímetro cercano a los 100 metros. Si los resultados son los esperados, la compañía prevé estar lista para suministrar su primer sistema comercial en algún momento entre 2027 y 2028.
Este modelo de generación eléctrica podría cambiar radicalmente el paisaje del sector eólico, donde hasta ahora el tamaño de los molinos era sinónimo de eficiencia. El concepto rompe con esa lógica y abre la puerta a un despliegue más flexible y adecuado a diferentes tipos de terreno, facilitando la transición hacia un modelo energético más sostenible, barato y rápido de implantar.
Las expectativas son elevadas: si la tecnología demuestra su fiabilidad y rentabilidad en la práctica, podríamos estar asistiendo a un cambio de paradigma en la forma de producir energía eólica a gran escala, con un impacto directo en la economía, el medio ambiente y en la seguridad del suministro eléctrico en muchos países. El proyecto sigue pendiente de que el viento acompañe, pero todo apunta a que en 2027 la energía eólica vivirá una auténtica revolución.
