- La computación cuántica amenaza la seguridad de los sistemas criptográficos actuales, anticipando el desarrollo y migración urgente hacia algoritmos postcuánticos.
- China logra romper una clave RSA utilizando técnicas cuánticas, acelerando la preocupación por vulnerabilidades futuras en la ciberseguridad.
- Empresas, organismos y la Comisión Europea marcan estrategias y plazos para migrar infraestructuras críticas y desarrollar soluciones resistentes a la computación cuántica.
- Grandes proveedores como AWS, Commvault y F5 lanzan herramientas y plataformas postcuánticas para garantizar la protección de datos ante amenazas emergentes.
La computación cuántica está a las puertas de transformar de manera radical la seguridad informática global. El impacto de esta tecnología sobre los actuales sistemas criptográficos ha motivado un fenómeno sin precedentes: gobiernos, empresas y expertos de todo el mundo trabajan a contrarreloj para blindar comunicaciones y datos ante la inminente aparición de ordenadores cuánticos suficientemente potentes como para quebrar los cifrados hoy considerados seguros.
La preocupación no es infundada. Aunque los ordenadores cuánticos “relevantes criptográficamente” aún no están disponibles de forma generalizada, los recientes progresos en este ámbito han dejado claro que la carrera por adelantarse al conocido ‘Q-Day’ —el momento en que los ordenadores cuánticos logren romper el cifrado clásico— se ha acelerado. Estos avances han puesto en primera línea de la agenda internacional el desarrollo y la adopción de la llamada criptografía postcuántica, una nueva generación de algoritmos diseñados para resistir ataques incluso con la llegada de la computación cuántica.
China marca el ritmo: claves RSA comprometidas en el laboratorio
El debate sobre los plazos y riesgos de la computación cuántica cobró fuerza tras el anuncio de investigadores de la Universidad de Shanghái, quienes consiguieron descomponer una clave RSA de 22 bits empleando técnicas cuánticas. Aunque este tamaño de clave resulta modesto en comparación con los estándares actuales de seguridad —por ejemplo, RSA de 2.048 bits—, el experimento supone un avance significativo en la demostración de los riesgos potenciales que se ciernen sobre los sistemas criptográficos tradicionales.
Para lograr este resultado, el equipo chino utilizó una estrategia distinta a las habituales, basando su experimento en el recocido cuántico. Esta técnica convierte el problema de la factorización en un desafío de optimización que puede resolverse de manera más eficiente en procesadores cuánticos especiales, como los fabricados por D-Wave. Más de 5.000 cúbits físicos fueron empleados para acometer esta tarea, lo que demuestra el salto en capacidad de hardware cuántico disponible.
No obstante, los expertos coinciden en que el cifrado RSA aún no está en peligro inmediato, ya que las claves actuales poseen una complejidad que sobrepasa —de momento— las capacidades de la computación cuántica existente. Sin embargo, la prueba exitosa de los investigadores chinos refuerza la necesidad de prepararse para el futuro, ya que se prevé que los progresos tecnológicos pronto multipliquen la potencia de estos sistemas.
La amenaza de “almacenar ahora, descifrar después” y reacción internacional
Uno de los riesgos más mencionados por los especialistas es la estrategia de “cosechar ahora, descifrar después”. Consiste en almacenar grandes volúmenes de datos cifrados actualmente, con la intención de descifrarlos en el futuro cuando los ordenadores cuánticos tengan la capacidad suficiente. Esta táctica, ya considerada en manuales de ciberseguridad de organismos como el Centro Nacional de Ciberseguridad del Reino Unido, motiva que la transición hacia la criptografía postcuántica deba anticiparse incluso años antes de que la amenaza sea totalmente real.
Diversos informes y voces del sector, como las de Google Quantum AI, han advertido que el número de cúbits físicos necesarios para romper claves de seguridad digital ha disminuido drásticamente en los últimos años gracias a avances en algoritmos y mecanismos de corrección de errores. Además, la Comisión Europea ha publicado recientemente una hoja de ruta en la que insta a los Estados miembros a iniciar la migración hacia criptografía poscuántica antes de finalizar 2026 y proteger infraestructuras esenciales a más tardar en 2030.
Empresas y organismos se adelantan al reto cuántico
Con la presión de la evolución cuántica, el sector empresarial y los proveedores de tecnología han comenzado a ofrecer soluciones de protección postcuántica. Plataformas como F5, Commvault o Telefónica han actualizado arquitecturas, algoritmos y servicios para incorporar estándares resistentes a la computación cuántica.
Por ejemplo, F5 ha desplegado una plataforma integrada con soporte para algoritmos recomendados por el NIST, permitiendo actualizaciones de sistemas y adopción gradual de modelos criptográficos híbridos. Commvault, por su parte, amplía sus capacidades y compatibilidad con nuevos algoritmos como HQC, centrándose en la protección de datos a largo plazo y la facilidad de despliegue mediante sistemas de criptoagilidad. Telefónica, en colaboración con IDEMIA, ha implementado soluciones Quantum-Safe en sus eSIM, reforzando la protección de dispositivos IoT y redes de utilities mediante algoritmos post-cuánticos y protocolos TLS avanzados.
Recomendaciones y retos para el futuro cercano
Ante este escenario, la comunidad científica y tecnológica insiste en la importancia de la planificación estratégica. Migrar los sistemas criptográficos requiere una comprensión exacta del inventario de activos, la actualización incremental de infraestructuras y la implementación de soluciones que permitan la interoperabilidad con los esquemas existentes.
Empresas y entidades públicas son animadas por organismos como el NCSC británico a iniciar el camino hacia la criptografía postcuántica cuanto antes, evitando migraciones apresuradas que puedan derivar en nuevas brechas de seguridad. Además, la colaboración internacional es clave para establecer estándares sólidos que resistan tanto ataques tradicionales como los nuevos desafíos planteados por la computación cuántica.
Los expertos coinciden en que, aunque la amenaza no es inminente, el valor de los datos a largo plazo obliga a anticipar la transición. La actualización hacia algoritmos robustos, la formación de equipos técnicos y el acompañamiento de proveedores especializados serán elementos decisivos para afrontar los retos que presenta esta transformación tecnológica.
Las innovaciones presentadas en ferias internacionales y congresos del sector evidencian el dinamismo del mercado y la importancia estratégica de la ciberseguridad postcuántica. Tanto para grandes corporaciones como para pequeñas y medianas empresas, la clave reside en la previsión: comprender el riesgo, identificar las vulnerabilidades y actualizar la protección de los datos, anticipándose a la revolución cuántica que ya asoma en el horizonte.