El Telescopio James Webb capta por primera vez la imagen directa de un exoplaneta de baja masa dentro de un disco de escombros

Última actualización: 07/07/2025
Autor: Isaac
  • El James Webb obtiene la primera imagen directa de un exoplaneta de baja masa en formación.
  • TWA 7b orbita a una estrella joven y se encuentra dentro de un disco de escombros.
  • El hallazgo aporta nuevas pruebas sobre cómo se forman los planetas y los discos protoplanetarios.
  • La tecnología del Webb permitirá en el futuro detectar exoplanetas aún más pequeños y fríos.

Imagen del telescopio James Webb en el espacio

El telescopio espacial James Webb (JWST) ha protagonizado un auténtico salto de gigante en la exploración planetaria tras conseguir, por primera vez, captar la imagen directa de un exoplaneta en plena formación. Este logro proporciona una evidencia clave sobre la formación de sistemas planetarios y abre nuevas posibilidades para detectar mundos similares al nuestro fuera del sistema solar.

Gracias a la sensibilidad y precisión del instrumento MIRI (Mid-Infrared Instrument), equipado con un coronógrafo, el JWST fue capaz de bloquear la luz intensa de la estrella y revelar la presencia de este planeta joven entre los escombros cósmicos que lo rodean. Este avance ha sido liderado por el equipo de la astrónoma francesa Anne-Marie Lagrange y ha sido publicado en la revista Nature, marcando un cambio importante en la observación de exoplanetas.

Un hallazgo revolucionario: TWA 7b, el exoplaneta más liviano observado en imagen directa

Imagen artística del descubrimiento del exoplaneta TWA 7b por el telescopio James Webb

El protagonista es TWA 7b, un planeta gaseoso cuya masa equivale a aproximadamente un tercio de la de Júpiter (alrededor de la de Saturno). Este mundo orbita a la estrella TWA 7, que se encuentra a unos 110-111 años luz de la Tierra, en el interior de un delgado anillo de polvo — conocido como anillo R2 — dentro de un disco de escombros en formación planetaria.

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Es especialmente llamativo que TWA 7b se ubica en una región del disco donde previamente se había detectado un vacío o «hueco». Las simulaciones realizadas por el equipo muestran que la presencia del planeta es la responsable de esculpir ese hueco, ya que su gravedad redistribuye el material circundante, como si «limpiara» su órbita. El planeta está a 52 unidades astronómicas de su estrella, una distancia mayor que la de Plutón respecto al Sol, y completa su órbita en varios siglos.

Este hallazgo no solo confirma teorías sobre la formación de planetas en discos protoplanetarios, sino que también establece un récord al ser el exoplaneta menos masivo capturado hasta ahora mediante imagen directa en luz infrarroja.

La tecnología que hizo posible la detección

Funcionamiento del instrumento MIRI del James Webb

Este avance se logró gracias a la combinación del coronógrafo francés y la sensibilidad de MIRI, que permite observar detalles muy tenues y cercanos a la luz de la estrella. Para detectar la señal del planeta, se utilizó una técnica de observación «desde arriba» o pole-on, que facilitó ver la estructura del disco de escombros y el vacío causado por la influencia gravitatoria de TWA 7b.

Según la astrónoma Anne-Marie Lagrange, «el telescopio Webb abre una nueva ventana para el estudio de exoplanetas de baja masa mediante imágenes directas, posibilidad que antes era inalcanzable». Hasta ahora, solo se habían observado directamente exoplanetas mucho más masivos, debido a las limitaciones para aislar su débil brillo de la luz estelar.

Por ejemplo, la probabilidad de que la fuente detectada sea una galaxia lejana alineada por casualidad con el disco es inferior al 0,34%. Además, observaciones previas con el ALMA y el VLT ya sugirieron la existencia de estructuras vacías, pero no se habían obtenido pruebas directas de un planeta que las creara.

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Peculiaridades de TWA 7b y su entorno

Simulación de disco de escombros y exoplaneta observados por el James Webb

Este exoplaneta destaca por su baja masa y gran distancia orbital, además de por las condiciones en su entorno. La estrella TWA 7 es muy joven, con solo unos 6 millones de años, y el planeta tiene una temperatura estimada entre 32 y 62 grados Celsius. Es un escenario ideal para investigar procesos de formación y evolución planetaria en una etapa temprana, mucho más reciente que en nuestro sistema solar.

El análisis de los datos revela que la atmósfera del planeta presenta una metalicidad superior a la solar, lo que indica una mayor presencia de elementos pesados y puede ofrecer pistas sobre su composición interna y su historia de formación.

El hecho de que TWA 7b esté en el interior de un disco de polvo confirma la teoría de que los grandes planetas crean huecos a su alrededor, reorganizando la materia en su entorno. Hasta ahora, esto se basaba en modelos y observaciones indirectas.

Implicaciones para el futuro: nuevos mundos y técnicas de observación

Detalle de los instrumentos del James Webb empleados en el descubrimiento

Los responsables del hallazgo destacan que TWA 7b es el exoplaneta más pequeño registrado con imagen directa, y que las capacidades del James Webb podrían permitir detectar planetas aún más ligeros en el futuro. El investigador Enric Pallé apunta que «nos estamos acercando cada vez más a la observación de mundos similares a la Tierra en zonas potencialmente habitables».

El estudio de este nuevo planeta también permite analizar cómo los mundos jóvenes afectan su entorno cercano y perfeccionar los modelos de formación planetaria. Además, el sistema TWA 7 será un candidato excelente para futuros estudios espectroscópicos sobre atmósferas y evolución de discos de escombros.

Telescopio James Webb exoplaneta-1
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