- Aumento del 10% en la población de jaguar en México, con 5.326 ejemplares registrados.
- La región Pacífico Norte aporta 733 jaguares; Sinaloa concentra 233 en selvas secas.
- El censo 2024 abarcó 23 sitios en 16 estados, con monitoreo fotográfico estandarizado.
- México es reconocido como el único país con su población de jaguar censada en todo su rango.
La población del jaguar vuelve a ganar terreno en México y los datos más recientes así lo confirman. El Tercer Censo Nacional del Jaguar reporta un incremento del 10% respecto a la medición anterior, con un total de 5.326 individuos identificados a escala nacional.
El impulso llega, en buena medida, desde el noroeste del país: la región del Pacífico Norte suma 733 registros y Sinaloa se consolida como territorio clave con 233 jaguares localizados en selvas secas, donde se han documentado crías y una tendencia al alza en la presencia de la especie.
Censo 2024: cifras y alcance territorial
El levantamiento de información se realizó en 23 sitios de muestreo distribuidos por 16 estados, cada uno con áreas de aproximadamente 18.000 hectáreas. Frente a los 4.800 ejemplares estimados en 2018, la nueva cifra de 5.326 muestra una recuperación sostenida del felino más grande de América.
La coordinación del operativo estuvo a cargo de la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, que integró a universidades e instituciones ambientales. Entre los equipos participantes destacó la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), con trabajo de campo y análisis técnico.
Sinaloa, pieza clave en el Pacífico Norte
En el corredor del Pacífico Norte —que incluye Sonora, Sinaloa, parte de Nayarit y Chihuahua— se registraron 733 jaguares. En Sinaloa, el monitoreo en selvas secas evidenció 233 individuos y presencia de crías, un indicador biológico que apunta a hábitats funcionales y a conectividad mínima para la reproducción.
La investigadora Yamel Rubio Rocha subraya que, de forma general, los datos en Sinaloa señalan una tendencia al alza en la especie. Detrás de ello pesa el compromiso de comunidades y vigilantes locales que han convertido al jaguar en emblema y orgullo regional.
Metodología y coordinación científica
El censo se desarrolló a lo largo de 2024 con monitoreo fotográfico y protocolos estandarizados: cámaras trampa, registro digital y identificación individual por patrones de manchas. Posteriormente, a inicios de 2025, los equipos consolidaron bases de datos y validaron los resultados para su presentación ante especialistas.
La participación académica fue determinante. Equipos como el de la UAS aportaron desde la toma de fotografías en campo hasta la curaduría de metadatos, lo que permitió integrar un panorama nacional coherente y comparable con las mediciones previas.
Acción local: comunidades, vigilancia y espacios dedicados
La conservación sobre el terreno se apoya en redes comunitarias. En San Ignacio, Concordia y El Fuerte, los vigilantes locales refuerzan el control y la sensibilización; su implicación ha sido citada como una de las razones del repunte de observaciones y de la detección de crías en Sinaloa.
Además, el estado alberga iniciativas singulares como el Primer Museo Nacional del Jaguar y una estación científica orientada al seguimiento de la especie. Estas infraestructuras, junto con áreas de conservación, consolidan una base para la educación ambiental y el monitoreo continuo.
Reconocimiento internacional
Los hallazgos se presentaron ante la comunidad científica y a decisores públicos, en foros nacionales e internacionales. México recibió un reconocimiento especial al ser señalado como el único país del continente que cuenta con su población de jaguar censada de manera integral en el conjunto de los 18 países donde habita la especie.
Este consenso internacional avala la metodología aplicada y la sinergia entre instituciones y comunidades, y coloca el caso mexicano como referencia regional en monitoreo de grandes carnívoros y gestión adaptativa sobre la base de datos robustos.
La combinación de ciencia, esfuerzo comunitario y coordinación institucional se traduce en un repunte medible del jaguar en México: más individuos detectados, crías en territorios clave como Sinaloa y una hoja de ruta que, de mantenerse, puede consolidar la recuperación del felino a medio plazo.
