- Las redes sociales facilitan la difusión y manipulación indebida de imágenes de menores, exponiéndolos a riesgos graves y delitos como la pornografía infantil, el grooming o el ciberacoso.
- Las autoridades advierten sobre el aumento de delitos sexuales digitales contra menores, el uso de IA para crear imágenes falsas y el papel de plataformas sociales y apps en la captación y explotación infantil.
- La concienciación sobre el "sharenting" (publicación de imágenes de hijos por parte de los padres) es esencial para proteger la privacidad y seguridad de los menores.
- Expertos y cuerpos policiales recomiendan medidas de control parental, educación digital y restricción de la publicación de contenidos infantiles en internet.
El acceso y participación de menores en redes sociales ha crecido de forma exponencial, generando nuevas oportunidades de comunicación y entretenimiento, pero también exponiéndoles a numerosos peligros. La publicación de imágenes y vídeos de niños en internet se ha convertido en una práctica común, pero muchas veces los adultos no son plenamente conscientes de las posibles implicaciones que esto conlleva. Tanto padres como educadores y órganos oficiales están comenzando a alertar sobre los riesgos reales que supone la exposición infantil en plataformas digitales.
El entorno digital ha abierto la puerta a delitos graves relacionados con la infancia, desde la difusión de material íntimo modificado mediante inteligencia artificial, hasta el acoso, la extorsión y la explotación sexual de menores. Casos recientes y campañas de concienciación ponen de manifiesto la necesidad de incrementar la protección y el control sobre el contenido infantil en redes sociales.
Delitos y peligros detrás de la publicación de contenidos infantiles
Las actuaciones policiales más recientes han revelado redes organizadas dedicadas a la difusión ilícita de imágenes y vídeos de menores. Uno de los casos más sonados fue la detención en Murcia del responsable de varias cuentas que, bajo una fachada de contenido “inofensivo”, compartía imágenes de menores que habían sido alteradas con herramientas digitales para mostrar desnudos o situaciones comprometidas. El acceso a estas cuentas, que superaban los 11.000 usuarios, no contaba con ningún filtro de edad, facilitando que cualquier persona pudiera consumir estos contenidos.
La manipulación de imágenes mediante inteligencia artificial se ha convertido en una tendencia peligrosa, donde fotos corrientes de menores son alteradas para obtener material de carácter íntimo o sexual sin consentimiento. Además, se han dado casos de difusión de vídeos de agresiones, fenómeno conocido como «Happy Slapping», donde las peleas entre adolescentes son grabadas y compartidas para aumentar seguidores en redes sociales, algunas veces a cambio de retribución económica.
Más allá de la publicación de imágenes, se han detectado zonas grises en la legalidad con la creación y distribución de material donde se sexualiza a niños y niñas en contextos cotidianos, que puede ser utilizado para ciberacoso, chantaje (sextorsión) o incluso para la creación de memes crueles y perfiles falsos. Los expertos insisten en la importancia de respeto a la privacidad infantil y en la necesidad de que los padres asuman la responsabilidad de proteger la identidad digital de sus hijos.
El sharenting y su impacto en la privacidad infantil
El término «sharenting» describe la práctica de compartir en internet contenido sobre los hijos, ya sea en redes sociales abiertas o en grupos familiares. Aunque muchas veces se hace con buenas intenciones, lo cierto es que una buena parte de las fotos incautadas en operaciones policiales provienen de publicaciones aparentemente inocentes hechas por los propios familiares.
Los estudios muestran que más del 80% de los niños ya tiene presencia digital antes de cumplir un año de vida, y un porcentaje significativo aparece incluso durante el embarazo por las ecografías que los padres comparten. Sin embargo, el 42% de los menores reconoce sentirse incómodo o avergonzado por la exposición de su vida privada online. La recomendación de expertos y organismos como la Agencia Española de Protección de Datos es clara: se debe evitar la publicación de fotos identificativas, especialmente aquellas en las que los menores aparezcan con uniforme escolar, en lugares reconocibles o en contextos que puedan comprometer su seguridad.
La campaña de concienciación puesta en marcha por organizaciones como fundaciónSOL y la colaboración policial subrayan que la mejor protección para la infancia es no publicar imágenes en redes sociales. Se insiste en el deber de los adultos de anteponer el interés superior del menor y no suplantar su derecho a decidir sobre su propia identidad digital.
Explotación y captación de menores a través de plataformas sociales
El auge de las redes sociales no solo ha servido de escaparate para la vida cotidiana de las familias, sino que también ha sido aprovechado por organizaciones criminales y depredadores sexuales para captar, manipular y explotar a menores. Informes como el elaborado por Save the Children y la Asociación Europea para la Transición Digital advierten sobre cómo las tecnologías actuales facilitan la producción, distribución y consumo de material de abuso sexual infantil.
Solo en España, más de 1.000 delitos sexuales digitales contra menores fueron denunciados en 2023, aunque se estima que la cifra real es mucho mayor por la dificultad de detección y el temor a denunciar. Los casos de grooming (acercamiento de un adulto a un menor con fines sexuales), sextorsión, difusión no autorizada de imágenes íntimas y manipulación con inteligencia artificial para crear deepfakes constituyen formas de violencia digital cada vez más frecuentes.
Por otro lado, redes internacionales operan a través de aplicaciones y plataformas de mensajería privadas donde se subastan imágenes y se organizan encuentros con menores, burlando la acción policial mediante el uso de identidades falsas, códigos y sistemas de pago anónimos. La colaboración interinstitucional y la denuncia ciudadana resultan vitales en la persecución y prevención de estos delitos.
Recomendaciones y pautas para la protección digital de la infancia
Ante la magnitud de los riesgos y delitos asociados al contenido infantil en redes sociales, la prevención y la educación digital se han convertido en las mejores herramientas de protección. Las fuerzas de seguridad y organizaciones especializadas recomiendan a padres y tutores las siguientes medidas:
- Pensar antes de publicar: Valorar siempre si la imagen puede poner en peligro la privacidad o seguridad del menor.
- Evitar información sensible: No mostrar uniformes escolares, lugares habituales o datos personales.
- Controlar el acceso: Limitar la configuración de privacidad en redes sociales y conocer las opciones de control parental disponibles en dispositivos y plataformas.
- Educar sobre riesgos: Hablar con los menores acerca de los peligros del ciberacoso, la sextorsión y el grooming, y sobre la importancia de no compartir información privada con desconocidos.
- Fomentar la comunicación: Crear un clima de confianza para que los niños puedan contar si han vivido alguna experiencia negativa en internet.
- Denunciar siempre: Ante cualquier contenido sospechoso o situación que comprometa la seguridad de un menor, es imprescindible acudir a las autoridades.
Especialistas insisten en que dar ejemplo es fundamental; si los adultos respetan la privacidad digital, los menores también aprenderán a cuidar su propia seguridad online.
