Desviación de asteroides: el inesperado reto tras el éxito de la misión DART

Última actualización: 14/07/2025
Autor: Isaac
  • La misión DART de la NASA desvió el asteroide Dimorphos, acortando su órbita en 32 minutos.
  • El impacto provocó la expulsión de más de 100 rocas a velocidades que triplicaron el impulso inicial.
  • Estos fragmentos aportaron un impulso extra e impredecible, complicando futuras estrategias de defensa planetaria.
  • Misión Hera de la ESA estudiará el sistema Didymos-Dimorphos en profundidad para mejorar la comprensión sobre la desviación de asteroides.

Desviación de asteroide

El espectacular impacto de la sonda DART contra el asteroide Dimorphos en septiembre de 2022 marcó un antes y un después en la defensa planetaria. Durante meses, este logro fue considerado una demostración clara de que la humanidad puede modificar la trayectoria de un cuerpo celeste si alguna vez se encontrara en rumbo de colisión con la Tierra. Sin embargo, recientes estudios han revelado que la desviación de asteroides encierra retos mucho más profundos de lo esperado.

Lejos de ser un procedimiento sencillo, los científicos han descubierto que la eyección de grandes fragmentos tras el choque modificó de manera significativa el resultado final. Estas nuevas evidencias obligan a replantearse cómo diseñar futuras misiones para proteger nuestro planeta de amenazas espaciales.

El impacto de DART: éxito técnico con matices sorprendentes

Defensa planetaria y desviación de asteroides

La sonda DART, lanzada por la NASA, tenía como meta demostrar si era posible alterar la órbita de un asteroide mediante un impacto deliberado. El objetivo fue Dimorphos, una roca de 170 metros que acompaña a Didymos. La colisión acortó su órbita en 32 minutos, superando con creces el objetivo inicial y sembrando optimismo en la comunidad científica.

Pero el entusiasmo inicial dio paso a la cautela cuando un equipo liderado por Tony Farnham, de la Universidad de Maryland, publicó sus conclusiones. Según el estudio, la colisión generó la expulsión de al menos 104 fragmentos de roca, algunos de más de tres metros de diámetro, que fueron lanzados a más de 50 metros por segundo en direcciones muy concretas.

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La clave del hallazgo reside en la fuerza adicional que aportaron estos fragmentos: el impulso generado por las rocas expulsadas fue más de tres veces mayor que el provocado por el propio impacto de la nave. Esto no solo alteró la órbita de Dimorphos, sino que habría modificado su inclinación y su rotación, introduciendo elementos de incertidumbre en la planificación de futuros desvíos.

Resulta especialmente significativo que la mayor parte de estos restos salieran de zonas concretas del asteroide, siendo responsables dos grandes rocas denominadas Atabaque y Bodhran de la mayor parte del material eyectado. El análisis señala que los paneles solares de la nave podrían haber fragmentado previamente estas rocas antes del choque principal, contribuyendo así al impulso inesperado.

LICIACube y Hubble: testigos del fenómeno

Escombros expulsados tras desviar un asteroide

El seguimiento de estos fragmentos fue posible gracias al satélite italiano LICIACube, que captó imágenes apenas minutos después del impacto. El telescopio espacial Hubble también contribuyó al rastreo de los escombros, permitiendo reconstruir la trayectoria y velocidad de cada fragmento expulsado. Estas observaciones mostraron que los escombros no se dispersaron al azar, sino agrupados en dos conjuntos principales, con una clara ausencia de material en determinadas zonas.

Para la profesora Jessica Sunshine, experta en geología planetaria y miembro del equipo DART, la estructura y composición del objeto impactado son factores decisivos en el resultado de una misión de desviación. En el caso de Dimorphos, su naturaleza rocosa y la presencia de grandes cantos propiciaron una eyección de material caótica y filamentosa, muy diferente a la obtenida en misiones anteriores como Deep Impact.

El estudio concluye que la física de la desviación de asteroides es mucho más compleja de lo esperado. Además del cálculo del golpe directo, es imperativo modelar con precisión cómo y cuánto material es expulsado, en qué dirección y a qué velocidad, ya que estos factores pueden alterar notablemente el rumbo final del asteroide.

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A medida que avanzamos en la exploración y protección del planeta, es fundamental entender que cada misión debe considerar la complejidad física y la interacción de los materiales. Para profundizar en los riesgos asociados a la desviación de asteroides y cómo prevenir futuras amenazas, te recomendamos consultar material adicional sobre cuerpos celestes y riesgos espaciales. También, en caso de interesarte en cómo se planean estos impactos y la protección planetaria, puedes visitar actividades del día del asteroide y prevención espacial.

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