- Dos tercios de las empresas identifican la computación cuántica como la principal amenaza de ciberseguridad inminente.
- El peligro de los ataques "recolectar ahora, descifrar después" impulsa la adopción de criptografía post-cuántica (PQC).
- Defensa y banca ya lideran la transición, mientras que sectores de consumo van a la zaga.
- La migración hacia tecnologías resistentes a la computación cuántica es vista como inversión estratégica, no como gasto opcional.

La irrupción de la computación cuántica está forzando a empresas y organismos de todo el mundo a repensar sus estrategias de seguridad digital. A medida que los avances en esta tecnología aceleran, crece la preocupación por su potencial para dejar obsoletos los mecanismos de cifrado que hoy resguardan la información más sensible. Los riesgos ya no son una cuestión remota: tanto expertos como responsables de ciberseguridad coinciden en que el tiempo para actuar es limitado.
El panorama que dibuja el último informe del Instituto de Investigación de Capgemini es claro: la computación cuántica se perfila como la amenaza más crítica para la ciberseguridad a corto y medio plazo, especialmente ante el aumento de ataques del tipo “recolectar ahora, descifrar después”. La sensación de urgencia crece cada día entre las organizaciones líderes, conscientes de que cada dato cifrado hoy podría ser vulnerable dentro de apenas unos años.
Preocupación creciente: el desafío del “Día Q”

Según la encuesta realizada por Capgemini a 1.000 empresas internacionales de trece países y sectores, aproximadamente del 65% de las organizaciones considera que la computación cuántica es el principal peligro de ciberseguridad en el horizonte de los próximos 3 a 5 años. No se trata de simples suposiciones: muchas compañías ya observan un aumento en ataques donde los delincuentes capturan información cifrada con la intención de descifrarla cuando las capacidades cuánticas sean una realidad.
Entre las denominadas empresas pioneras en seguridad cuántica, una de cada seis estima que el “Día Q” —el momento en el que los ordenadores cuánticos podrán romper los algoritmos de cifrado actuales— ocurrirá en cinco años. Seis de cada diez creen que sucederá antes de que pase una década. Esta perspectiva ha disparado la atención sobre los métodos para salvaguardar la confidencialidad de los datos más allá de las tecnologías actuales.
Criptografía post-cuántica: la opción más escogida
La mayoría de las organizaciones opta por la migración hacia algoritmos de criptografía post-cuántica (PQC). El 70% de las empresas encuestadas prioriza este enfoque ante la amenaza cuántica. La criptografía post-cuántica se percibe como una solución integral para el corto plazo, además de responder a los requisitos normativos y la presión regulatoria en materia de protección de datos y continuidad operativa.
Prácticamente la mitad de las compañías pioneras ya están en evaluación o pruebas piloto de sistemas PQC. Muchos responsables de ciberseguridad subrayan la importancia de actuar antes de que la amenaza sea inminente, ya que cada retraso aumenta el riesgo de que información sensible quede expuesta.
Aún presenta una brecha significativa: el 30% de las organizaciones todavía no ha tomado pasos firmes hacia la protección post-cuántica, principalmente por falta de presupuesto, personal especializado o percepción equivocada sobre la urgencia del cambio.
Diferencias de velocidad entre sectores
Los diversos sectores no avanzan a la misma velocidad en su preparación ante este desafío. Los sectores considerados de alto riesgo, como defensa y banca, lideran la adopción de mecanismos de seguridad resistentes a la computación cuántica. En cambio, sectores orientados al consumidor, como retail y productos de consumo, muestran menos prioridad, lo que puede dejarlos más expuestos en caso de ataques masivos en el futuro cercano.
Esta disparidad sectorial preocupa a los expertos, quienes advierten del riesgo de una brecha asimétrica en la protección digital. La anticipación y la inversión temprana en soluciones PQC no solo son vistas como una obligación técnica, sino también como una oportunidad estratégica.
Obstáculos y retos en la transición
El informe de Capgemini destaca que la transición a la seguridad cuántica requiere más que solo tecnología. La falta de profesionales capacitados, los presupuestos limitados y la percepción de que hay tiempo suficiente son barreras clave. Además, requiere adaptar arquitecturas de red, actualizar ciclos de vida y revisar cadenas de suministro digital en un esfuerzo coordinado a nivel organizacional.
Responsables de ciberseguridad resaltan la importancia de identificar los activos prioritarios, evaluar la exposición actual y trazar una hoja de ruta para implementar progresivamente mecanismos resistentes al cómputo cuántico.
Visión estratégica: seguridad, confianza y ventaja competitiva
La gestión del riesgo frente a la computación cuántica no depende de predecir una fecha concreta, sino en tomar medidas para gestionar una amenaza irreversible. La implementación temprana de protecciones post-cuánticas ayuda a garantizar la continuidad, cumplir con normativas y fortalecer la confianza de clientes y socios. Como expresa Marco Pereira, responsable global de Ciberseguridad en Capgemini, “la seguridad cuántica no es solo un gasto, sino una inversión que transforma un riesgo en una ventaja competitiva. Quienes actúan ahora estarán mejor preparados para las amenazas futuras”.
La creciente presencia de la computación cuántica en el panorama actual refleja que la preocupación ya no es futurista. Queda claro que la carrera por implementar tecnologías resistentes al cómputo cuántico ha comenzado y que las organizaciones que adopten una visión estratégica serán las mejor posicionadas frente a los desafíos venideros.