- Las familias y educadores desempeñan un papel esencial en la educación digital segura de menores y adolescentes.
- Programas y campañas refuerzan el uso responsable de la tecnología y preven el ciberacoso, la desinformación y otros riesgos.
- Fomentar la alfabetización digital y la ciudadanía digital es clave para una convivencia sana en el entorno online.
La educación digital segura se ha convertido en un tema central en la formación de niños, niñas y adolescentes. El aumento del tiempo dedicado a pantallas y la presencia constante de internet en la vida diaria de los jóvenes plantean retos importantes tanto para las familias como para los profesionales educativos. Ante este escenario, cada vez son más las iniciativas que buscan guiar, proteger y apoyar a menores de edad en el uso saludable y responsable de la tecnología.
El papel de las familias y los educadores resulta fundamental para garantizar un entorno digital protector. No se trata solo de enseñar a manejar dispositivos, sino de acompañar, supervisar y establecer límites que favorezcan un desarrollo físico, emocional y social equilibrado, minimizando los riesgos asociados al uso inadecuado de la tecnología.
Campañas y programas para una educación digital responsable
Instituciones públicas y organizaciones sociales están poniendo en marcha campañas y recursos para concienciar a las familias sobre los riesgos del entorno digital y ofrecer herramientas para un uso seguro de dispositivos e internet. Un ejemplo destacado es la iniciativa «La mejor red eres tú» impulsada por el Departamento de Salud del Gobierno Vasco, que dirige sus mensajes tanto a padres y madres como a profesionales que trabajan con menores. Esta campaña, acompañada de materiales informativos y una guía para familias, subraya la importancia del acompañamiento adulto y la supervisión en el acceso digital.
Además, la guía entregada en consultas de Pediatría de Osakidetza recoge pautas prácticas para afrontar los peligros más frecuentes, como el uso excesivo de pantallas, la exposición a contenidos inadecuados o el riesgo de lesiones físicas derivadas del tiempo prolongado utilizando dispositivos. Entre las propuestas se incluyen el acceso progresivo a la tecnología según la edad, la instauración de normas comunes en el hogar y la realización de revisiones periódicas de los dispositivos junto a los menores.
Por su parte, el Campamento Digital organizado por el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi, ofrece actividades gratuitas para jóvenes de entre 9 y 17 años, buscando que sean usuarios críticos y creadores responsables dentro del entorno digital. El programa, adaptado por franjas de edad, abarca desde la creación de contraseñas seguras y la detección de noticias falsas hasta el diseño de proyectos tecnológicos propios, abordando temas esenciales como la privacidad y el uso profesional de las herramientas digitales.
Formación y sensibilización: claves para la prevención
Los expertos coinciden en que la formación en competencias digitales y la prevención de riesgos deben comenzar desde edades tempranas. Numerosas jornadas de voluntariado, como las promovidas por la Fundación Telefónica Movistar en diferentes regiones, refuerzan la alfabetización digital en centros escolares, prestando atención especial a la seguridad, la protección de datos y la prevención del ciberacoso.
Se subraya la importancia de transmitir conocimientos sobre aspectos como el cuidado de la huella digital, la protección de la privacidad y el uso positivo de internet. La alfabetización digital no solo fomenta el uso productivo y seguro de la tecnología, sino que también ayuda a combatir la desinformación y fortalecer la autonomía de los más jóvenes.
Como parte de estas estrategias, muchos municipios y centros educativos ofrecen cursos gratuitos de ciberseguridad y ciudadanía digital destinados tanto a jóvenes como a adultos, destacando el aprendizaje sobre amenazas online, la creación de contraseñas robustas, el uso de redes sociales con precaución y el desarrollo de hábitos saludables en la convivencia digital.
Retos actuales: brecha digital, igualdad y perspectiva de género
La realidad digital plantea retos que van más allá de la protección individual. Persisten desigualdades en el acceso a la tecnología, conocidas como brecha digital, que afectan sobre todo a colectivos vulnerables y a zonas desfavorecidas. Este desequilibrio limita el acceso a la formación y a oportunidades educativas, por lo que es prioritario facilitar recursos y formación inclusiva. Aquí puedes consultar avances y retos en la política pública de educación digital.
Por otro lado, iniciativas como la dirigida por Emakunde reflexionan sobre el impacto de las herramientas digitales y la inteligencia artificial desde una perspectiva feminista, abordando cuestiones como la violencia de género online o los estereotipos presentes en las redes sociales. Estos programas fomentan el debate y promueven la autodefensa digital, especialmente entre adolescentes, para que puedan identificar y combatir situaciones discriminatorias.
La educación digital saludable requiere una colaboración estrecha entre familias, instituciones, profesorado y entidades sociales, así como una actualización constante de los recursos y normativas que garanticen entornos seguros y respetuosos.