- Crecen los ataques nocturnos con drones y misiles rusos en Ucrania, afectando gravemente a ciudades como Kiev, Odesa y Járkov.
- Cientos de drones y decenas de misiles impactan infraestructuras civiles, provocando víctimas, incendios y daños en edificios residenciales e infraestructuras esenciales.
- Fuertes pérdidas civiles y numerosas evacuaciones se registran en Odesa y Járkov, agravando la crisis humanitaria mientras aumentan los bombardeos.
- La dependencia rusa de drones fabricados con tecnología iraní y posibles cambios en la intensidad de los ataques, según expertos europeos.

Ucrania vuelve a vivir noches de incertidumbre y miedo debido a una nueva oleada de ataques con drones y misiles que afectan a varias regiones del país. La escalada de ofensivas aéreas ha repercutido especialmente en ciudades clave como Kiev, Odesa y Járkov, donde los bombardeos han dejado un saldo trágico de víctimas y daños materiales.
Las autoridades ucranianas y organismos internacionales han señalado un aumento significativo en la frecuencia e intensidad de los bombardeos desde territorio ruso. Esta tendencia ha provocado una situación crítica, con infraestructuras civiles seriamente dañadas y la población local obligada a refugiarse de manera constante.
Daños en Kiev, Odesa y Járkov

El ataque más severo en casi un año en Kiev ocurrió tras un bombardeo nocturno combinado de drones y misiles. La ONU reportó al menos 14 víctimas mortales y más de 100 heridos solo en la capital. Los daños afectaron tanto a zonas residenciales como a servicios esenciales, destruyendo edificios e infraestructuras.
Simultáneamente, Odesa y Járkov también sufrieron ataques con drones. En Odesa, los bombardeos provocaron la muerte de al menos una persona y heridas a otras 14, además de incendios que forzaron la evacuación de cerca de 600 personas de un rascacielos. Las instalaciones ferroviarias y bloques de apartamentos también se vieron afectados, complicando la situación para los civiles.
En Járkov, los drones impactaron directamente en la infraestructura civil. Los servicios de emergencia reportaron heridos, incluyendo a dos niños, y la Fuerza Aérea ucraniana interceptó parte de los 80 drones lanzados esa noche, aunque algunos lograron alcanzar sus objetivos.
Otros ataques destacados incluyeron la región de Cherníguiv, donde una persona perdió la vida, y Bélgorod, donde según fuentes rusas, Ucrania respondió con ataques de drones, evidenciando la reciprocidad en estos enfrentamientos nocturnos.
Incremento en el uso de drones y respuesta internacional
Las cifras de drones empleados en las últimas semanas han batido récords. Solo en la primera quincena de junio, autoridades ucranianas aseguraron que se lanzaron más de 3.000 drones de largo alcance y más de un centenar de misiles, superando registros anteriores. Este patrón se repitió varias noches, con ofensivas que involucraron cientos de municiones en pocas horas.
La ayuda humanitaria y los equipos de emergencia actúan rápidamente en las zonas afectadas, brindando atención médica, evacuación y suministros esenciales. No obstante, el impacto psicológico y material de estos ataques sigue en aumento, y el derecho internacional humanitario vuelve a ser objeto de debate ante el uso de armas en áreas densamente pobladas.
Factores internacionales y perspectivas sobre los ataques
Fuentes de inteligencia europeas advierten que la capacidad rusa para mantener la intensidad de los ataques depende en parte de la colaboración tecnológica y el suministro de componentes desde Irán. Aunque Rusia ha desarrollado parte de su producción de drones internamente, sigue dependiendo de importaciones críticas, especialmente en un contexto de tensión en Oriente Medio que puede afectar esas cadenas de suministro.
Asimismo, las tensiones con Israel e Irán podrían modificar el ritmo de los ataques en Ucrania, ya que los movimientos diplomáticos y los bombardeos en Oriente Medio influyen en la disponibilidad y sofisticación de los drones utilizados por las fuerzas rusas.
Los drones, utilizados desde la retaguardia y el frente, se han convertido en la principal táctica militar de Rusia en Ucrania. Los expertos advierten que, si continúa la presión sobre los suministros internacionales, podría disminuir la frecuencia de estos bombardeos en el futuro cercano.
Muchas personas en Ucrania siguen enfrentándose a noches de alarma y destrucción. La escalada nocturna con drones y misiles ha incrementado las víctimas civiles y el daño a infraestructura, dejando a la población en un marco de alta incertidumbre y tensión constante.
